Lo que les voy a pedir es que confíen, crean y se entreguen. Lo que les quiero compartir no es medicina tradicional, es medicina energética. Como seres humanos transitamos a través de un cúmulo de emociones, algunas de ellas muy negativas. Al hacerlo, nuestro cuerpo físico también reacciona, se pone denso y se sobrecarga; situación que en la medicina tradicional se le ha denominado como enfermedad: migraña, depresión, diabetes, alergias, gastritis, ulceras, artritis entre otras. Debemos tomar conciencia sobre como nuestros pensamientos y emociones afectan nuestra salud.
Hoy en día vemos crecer en número a un grupo de personas especiales llamados ¨Sanadores¨ quienes ejercen bajo la mirada incrédula de la ciencia y en algunos casos de la mano de la medicina tradicional, la labor de curar el cuerpo de diversas maneras que los hacen ser considerados un tanto extraños al ojo del común, cuando lo que nos debiera pareciera ser extraño es encontrarnos con el número creciente de gente enferma sin razón aparente.
Se podría pensar que el mundo, la comida y otros factores son los que nos están minando nuestra salud que en conjunto con la gran oferta de medicamentos que los laboratorios farmacéuticos producen y la medicina tradicional nos invita a consumir, podríamos pensar que nos estamos es programando para que nuestro cuerpo falle, por eso es muy importante entender que nuestros pensamientos, convicciones y emociones negativas contribuyen a afectar nuestra salud en un alto porcentaje.
Como olvidar la magia de las manos de una madre. ¿Quién no se cayó y su madre lavó la herida, poso sus manos sobre ella y ya no había más dolor?. Este es una manifestación básica del poder que tiene la mente y el cuerpo para sanarse, el amor por los demás y el amor por nosotros mismos.
Si bien es cierto que una enfermedad no solo puede comenzar como producto de nuestra mente, con todo lo que vivimos a diario la forma de pensamiento negativo superando al positivo y de la actitud cómo abordamos nuestro día es un determinante importante del comportamiento de nuestra salud. De ahí la capacidad que poseemos para enfermarnos o para sanarnos. Cuando tienes pensamientos que son bonitos cargados de energía positiva lo que produces en tu cuerpo son químicos refrescantes que lo nutren con tendencia a mantenerlo sano.
Por otra parte, ligado a la buena actitud mental también debemos contemplar la importancia de parar, de entender que la prisa también nos lleva a sentirnos agobiados y cansados empujándonos al umbral de la enfermedad. Es muy fácil observar que cuando NO decidimos por nosotros mismos tomar esta mágica pausa, la vida nos obliga muchas veces a tomarla pero a través de la enfermedad o de otras situaciones inesperadas.
Por esta razón es importante también hacer la pausa: Meditar. Cuando recomiendo a las personas meditar algunas podrán decir que no logran o no pueden hacerlo. Hay muchas formas de meditar o de hacer esa pausa que debe ser como un regalo o bálsamo para tu cuerpo. El solo hecho de estar a solas escuchando una buena canción, leyendo un buen libro, nadar, tejer, colorear o dejar la mente en blanco por unos minutos son cosas sencillas que reconfortan tu cuerpo y tu mente.
Cada uno de los órganos del cuerpo puede curarse así mismo con las circunstancias adecuadas, podemos hablar de cambiar la alimentación y los factores como la cantidad de agua que bebemos etc., pero si a esto le sumamos un cambio en nuestra forma de pensar-actuar y hacerlo con mayor frecuencia en positivo, mejoraremos nuestro equilibrio físico y mental.
“Cada hombre y cada ser es el arquitecto de su propio destino”. Buda.
Les envío un fuerte abrazo y escoge ser feliz siempre.
ADRIANA